Delitos informáticos:aspectos generales (III)

Repercusión de los delitos informáticos

Los consumidores que utilizan medios informáticos para realizar sus
actividades necesarias pierden más de 400 millones de euros al año por culpa
de la actividad delictiva que realizan los piratas informáticos, los cuales
consiguen sustraer de sus cuentas online los números de las tarjetas de
crédito.



Es común encontrar páginas de Internet de propiedad de los propios
delincuentes cuya finalidad es la de estafar a los clientes o bien vender
mercancías prohibidas: drogas, armas o pornografía infantil.

En infinidad de casos, se ha empleado un virus informático con el propósito de
extorsionar; para ello se amenaza con la destrucción masiva de datos a menos
que se pague una suma de dinero para evitarlo.

A continuación se expone un ejemplo real de este tipo de delitos:

El servicio de quejas online CyberCop Holding Cell puso una advertencia
acerca de un anuncio clasificado de servicio de automóviles que había
aparecido en Internet y que por 399 dólares, el servicio se comprometía a la
publicación de una descripción del automóvil del cliente en una web,
garantizando que le sería devuelto la cuantía invertida si el vehículo no se
vendía en un plazo máximo de 90 días. Los dueños de varios automóviles
anunciados no encontraron a ningún responsable para reclamar el reembolso
del dinero ya que no se vendieron sus vehículos en el plazo estipulado. A partir
de estas denuncias, el sitio web quedó clausurado.

Debido al enorme apogeo de estos delitos informáticos, la sociedad se muestra
muy reticente a la utilización de las tecnologías de la información y, por tanto,
renuncian a los grandes beneficios que ésta pudiera aportarle.

Uno de los problemas más grave es la facilidad con la que se traspasan las
fronteras, lo cual hace que la investigación y el enjuiciamiento de los
delincuentes sea complicado.

Veamos un ejemplo real donde se produjo un delito de estas características en
1992:

Unos “piratas informáticos” europeos atacaron un centro de sistemas de
California pero la investigación policial recibió un duro revés por la diferenteregulación del hecho delictivo, lo cual impidió la necesaria cooperación oficial.
Pasado un tiempo y pese a que las autoridades del país europeo se ofrecieron
a una posible colaboración, se tuvo que cerrar el caso debido a la pérdida total
del rastro de los “piratas”.

Otra enorme dificultad que aparece es la facilidad de destrucción de las
pruebas del delito. Con frecuencia, las autoridades operan con menor rapidez
que los delincuentes lo que conlleva, en muchos casos, la pérdida de pruebas
que imposibilitan, o hacen muy complicado, el enjuiciamiento.

Debido a todo lo comentado hasta ahora, existe una necesidad manifiesta de
creación de una cooperación a nivel mundial para conseguir crear una
legislación nacional acorde con las nuevas circunstancias y unas técnicas de
investigación mucho más avanzadas.